Ancianos de ayer y de hoy. Artículo 25-1 de la Declaración de los Derechos Humanos.
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
Alabastro y hierro,cm 38*38*55h,
2022.
Isabel era una mujer de 86 años que vivía en la residencia pública Parque de los Frailes, en Leganés. Tenía movilidad reducida y deterioro cognitivo, pero estaba estable antes de la pandemia. En marzo de 2020, contrajo COVID-19. Su hija, Carmen, pidió reiteradamente que la trasladaran a un hospital, ya que su estado empeoraba.
La respuesta que recibió fue devastadora: Isabel no podía ser hospitalizada por tener “alta dependencia”. Esta decisión se basaba en un protocolo interno de la Comunidad de Madrid que, según denuncian múltiples familias, priorizaba a personas con mayor esperanza de vida o menor deterioro funcional para ser ingresadas en hospitales.
Isabel murió sola, sin haber recibido atención médica especializada ni el derecho a luchar por su vida en un hospital. Su hija ha denunciado el caso públicamente y ha participado en plataformas de familiares que exigen justicia y responsabilidades políticas.
“La tenían presa. No la dejaron ir al hospital por ser dependiente. No la dejaron luchar.” — Carmen López
Proyecto: No es raro es in-humano.
Old people of yesterday and today. Article 25-1 of the Declaration of Human Rights.
1.Everyone has the right to a standard of living adequate for the health and well-being of himself and of his family, including food, clothing, housing and medical care and necessary social services, and the right to security in the event of unemployment, sickness, disability, widowhood, old age or other lack of livelihood in circumstances beyond his control.
Alabaster and iron, cm 38*38*55h,
2022.
Isabel was an 86-year-old woman who lived in the public nursing home Parque de los Frailes, in Leganés. She had reduced mobility and cognitive decline, but was stable before the pandemic. In March 2020, she contracted COVID-19. Her daughter, Carmen, repeatedly requested that she be transferred to a hospital, as her condition worsened.
The response she received was devastating: Isabel could not be hospitalized due to her “high dependency.” This decision was based on an internal protocol of the Community of Madrid which, according to multiple families’ complaints, prioritized people with a higher life expectancy or less functional deterioration for hospital admission.
Isabel died alone, without receiving specialized medical care or the right to fight for her life in a hospital. Her daughter has publicly denounced the case and has joined platforms of relatives demanding justice and political accountability.
“They had her imprisoned. They didn’t let her go to the hospital because she was dependent. They didn’t let her fight.” — Carmen López