Artículo 25-2 de la Declaración de los Derechos Humanos:La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
Madera e hierro
cm 50*20*38h
2018.
Tenía 26 años cuando llegó a un pequeño pueblo de la costa brava a trabajar de interna en una casa. Allí se enamoró de un ferroviario y se quedó embarazada. “Me dijo que no quería saber nada. No le volví a ver”. Ella lo desconocía, pero su novio estaba casado y tenía hijos. Su familia no la ayudó y Benedicta, a punto de convertirse en madre soltera en la España de los sesenta, decidió irse a Bilbao. “Fui allí como podía haber ido a otro sitio. Solo quería ir a una ciudad grande donde nadie me conociera”. En la casa cuna de Bilbao las monjas le dijeron que podía dejar allí a su hija mientras estaba trabajando e ir a verla cuando quisiera. “Pero empezaron a darme largas, a decirme un día que estaba dormida, otro que estaba enferma… y yo me volvía a casa llorando sin verla. El día que le llevaba una medallita y unos pendientes, sor Bernardina me dijo que no volviera más, que mi hija estaba con una familia y que me olvidara de ella. Nunca pensé que las monjas pudieran hacer esas cosas”.
Benedicta contrató a un abogado para que presentara una denuncia y buscara a un detective que localizara a su pequeña. “Pero las monjas pagaron al abogado y el abogado al detective, que me dijo que mi hija estaba estupendamente con otra familia y que no la buscara más”.
Article 15-2 of the Universal Declaration of Human Rights: Motherhood and childhood are entitled to special care and assistance. All children, whether born in or out of wedlock, shall enjoy the same social protection.
Wood and iron
cm 50*20*38h
2018.
He was 26 years old when he arrived in a small town on the Costa Brava to work as an intern in a house. There she fell in love with a railway man and became pregnant. “He told me he did not want to know anything. I did not see him again. ” She did not know about it, but her boyfriend was married and had children. Her family did not help her and Benedicta, about to become a single mother in the Spain of the sixties, decided to go to Bilbao. “I went there as I could have gone somewhere else. I just wanted to go to a big city where nobody knew me. ” In the birthplace of Bilbao the nuns told her that she could leave her daughter there while she was working and go see her whenever she wanted. “But they started to give me a long time, to tell me one day that I was asleep, another one that was sick … and I went home crying without seeing her. The day I was wearing a little medallion and earrings, Sr. Bernardina told me not to come back, that my daughter was with a family and that I forgot her. I never thought that the nuns could do those things. ”
Benedicta hired a lawyer to file a complaint and find a detective to locate her child. “But the nuns paid the lawyer and the lawyer to the detective, who told me that my daughter was very well with another family and did not look for her anymore” .