Artículo 11 de la Declaración de los Derechos Humanos: Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad.
Madera e hierro.
cm 17*10*25h.
2017.
Los ojos azules del abuelo José María se nublaban con unas lágrimas que él se esforzaba en disimular. La abuela Ana no lloraba; era una mujer menuda pero fuerte y abnegada. Había parido nueve hijos de los que sobrevivían cinco.
Mi abuelo José María, militante anarcosindicalista y dirigente de la CNT, fue desplazándose durante toda la guerra manteniendo a su familia en zona republicana, en cuanto llegó a su pueblo fue apresado y trasladado a la cárcel de Sevilla. Había nacido en 1895 y estaba próximo a cumplir los 45 años.
Mi abuelo José María fue preso político.
Mi padre fue hecho prisionero al término de la Guerra Civil mientras convalecía en Murcia de una herida de guerra. Había sido Secretario de la Juventud Socialista de su pueblo y durante la guerra fue combatiente fiel a la legalidad republicana. Internado en la prisión de Sanlucar la Mayor fue posteriormente trasladado a la cárcel de Sevilla.
Mi padre fue preso político.
― Romero póngase el tabardo que tiene vd. que acompañar a estos señores. Estaba yo haciendo el servicio militar y las palabras del teniente de mi unidad sonaron como un mazazo en mis oídos. No había terminado el invierno de 1969 y el gobierno franquista había decretado el Estado de Excepción en toda España. Los “señores” eran dos inspectores de la Brigada Político Social que me trasladaron a la comisaría de la Gavídia. Militante de la organización clandestina de las Juventudes Socialistas, fui Ingresado primero en prisión militar, expulsado después del ejército y trasladado a la cárcel de Sevilla.
Yo fui preso político. José María Romero Calero.
Article 11 of the Universal Declaration of Human Rights: Everyone charged with a penal offence has the right to be presumed innocent until proved guilty according to law in a public trial at which he has had all the guarantees necessary for his defence.
Wood an iron.
cm 15*15*28h.
2017.
Grandfather José María’s blue eyes were blurred by the tears he tried to hide. Grandma Ana did not cry; She was a small but strong and disinterested woman. He had nine children, five of whom survived.
My grandfather José María, an anarchist activist and leader of the CNT, traveled throughout the war, keeping his family in the Republican area. When he arrived in his village, he was arrested and transferred to the prison in Seville. He was born in 1895 and was about to turn 45 years old.
My grandfather José María was a political prisoner.
My father was taken prisoner at the end of the civil war while recovering in Murcia from a war wound. He had been secretary of the socialist youth of his city and during the war he was a fighter faithful to the republican legality. Interned in the prison of Sanlúcar la Mayor, was later transferred to the prison in Seville.
My father was a political prisoner.
– Romero has put your board. To accompany these gentlemen. I was doing military service and the lieutenant’s words in my unit sounded like a blow to my ears. The winter of 1969 had not yet ended and Franco’s government had decreed a state of emergency throughout Spain. The “gentlemen” were two inspectors of the social policy brigade who transferred me to the La Gavídia police station. A militant socialist clandestine youth organization, I was admitted for the first time to a military prison, expelled after the army and transferred to the prison in Seville.
I was a political prisoner. Jose Maria Romero Calero.